
El director ejecutivo de Participación Ciudadana, Javier Cabreja, advirtió que con la eliminación del voto preferencial, la democracia dominicana ha tenido un gran retroceso porque se le quitó a la ciudadanía la libertad de elegir a sus representantes en la Cámara de Diputados y se volvió a otorgar ese poder a los partidos políticos.
Cabreja estimó que la Junta Central Electoral debió consultar a sectores de la sociedad antes de tomar la medida, ya que el voto preferencial había sido una conquista para el país en materia de democracia porque a su juicio le daba la capacidad a los ciudadanos para elegir entre las ofertas de diputados y diputadas que presentaban los partidos políticos.
“Con el voto preferencial habíamos dado un importante paso de avance, pero volver a la lista cerrada y bloqueada es dar a las cúpulas de los partidos políticos toda la capacidad de decidir quiénes son los que van a representar a los dominicanos en el Congreso Nacional”, enfatizó.
En cambio la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) favoreció la eliminación del voto preferencial por considerar que este sistema había convertido la democracia en plutocracia, debido a que para aspirar a un puesto público se debía incurrir en un dispendio de recursos.
Para el vicepresidente de Finjus, Servio Tulio Castaños, el voto preferencial incentivó el clientelismo en la República Dominicana y contribuyó a aniquilar los liderazgos locales, llegando a destarrar a los líderes en muchas provincias.
El politólogo Ramón Tejada Holguín expresó que la decisión de eliminar el voto preferencial fue tomada de manera unilateral porque no se escuchó a los diputados ni a las organizaciones representativas de la sociedad.
A su entender lo que debió aplicarse fue una resolución que permitiese votar por todos los diputados preferidos en una circunscripción y votar de manera independiente por un senador que no fuese arrastrado por los diputados.
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